AUTOMATIZACIÓN DE LA INDUSTRIA OLEÍCOLA
¿Cómo afecta al maestro de la almazara?
La automatización de la industria oleícola, en el proceso de elaboración de aceites de oliva, cada vez más tiene mayor popularidad dentro del nicho de las industrias agrícolas y alimenticias. Poco a poco, se ha estado incorporando una nueva filosofía de hacer las cosas de una manera en que la incorporación de las nuevas tecnologías es una realidad. Las fincas más avanzadas, por ejemplo, ya cuentan con cámaras de diferentes longitudes de onda que han sido colocadas en el propio olivo para controlar la maduración de la aceituna y permitir conocer su crecimiento en todo momento.
La automatización de la industria oleícola, por tal, va de la mano de las nuevas tecnologías, pues hace uso de ellas y las adapta a sus necesidades propias. Sin embargo, también es cierto que todas estas novedades significan un cambio a los modos tradicionales y artesanales de cultivo. Valdría la pena preguntarse ¿De qué forma estos nuevos métodos tecnológicos afectan al maestro de la almazara? A continuación, hablaremos un poco más sobre ello…
Automatización de la industria oleícola de la mano de las nuevas tecnologías.
Los drones en los últimos años han ganado gran popularidad y se han convertido en los protagonistas de múltiples actividades. Diversión, ocio, trabajo, optimización de análisis, entre otros, son sólo algunos de los usos más comunes dados a estas herramientas. En la agricultura, por ejemplo, son herramientas muy favorables con las que pueden contarse. A través de ellos, se puede sobrevolar la plantación y tomar imágenes áreas que permiten definir e identificar las necesidades de los cultivos. Además, gracias a tecnología de sensores que poseen son múltiples los datos que pueden ser recolectados para que el sistema puede calcular la fecha idónea de recogida de la aceituna.
Como todos sabemos, en la almazara juega un papel muy importante la selección y clasificación de los frutos; siendo ésta una tarea que ya puede automatizarse por medio de un sistema de cámaras especiales. Las cuales, determinan la calidad del fruto y la adecuación de este para la elaboración de un determinado aceite.
Por si fuera poco, en la propia fase de fabricación industrial, también intervienen tecnologías. Éstas, permiten ajustar las condiciones y características del aceite que se desea producir. Sin duda alguna, la automatización de la industria oleícola es toda una revolución.
La labor del maestro de la almazara cuenta con una larga tradición.
El rol de maestro de almazara es tan antiguo como la propia elaboración de los aceites de oliva. La figura del maestro, por tal, ha tenido un papel muy importante en la cadena de valor del aceite de oliva. Y es que, su habilidad y experiencia han influido directamente en la obtención de una mayor calidad de este producto.
Las funciones del maestro de la almazara son claves dentro de todo el proceso. Entre muchas otras cosas, se encarga de controlar la recepción de la aceituna en el patio, del proceso de limpieza, de la molturación y del almacenaje del aceite de oliva elaborado. Después de pasada la campaña, es el mismo quien se encarga de gestionar el mantenimiento, la limpieza y la puesta a punto de la maquinaria; además del almacenamiento en la bodega.
En líneas generales, el maestro es la persona responsable del funcionamiento de una almazara en su totalidad. Por ende, la llegada de las nuevas tecnologías y la automatización de la industria oleícola en comparación con el trabajo ligado al maestro de la almazara, puede llegar a causar cierto recelo a nivel profesional.
No obstante, es importante dejar en claro que en el sector oleícola el factor humano es insustituible y en los procesos productivos de la almazara la figura del maestro es indispensable para producir aceites de alta calidad.
A pesar de la automatización de la industria oleícola el puesto de maestro de la almazara es difícil de cubrir.
Y es que se trata de un perfil donde se espera que haya diversos tipos de habilidades. Desde conocimientos en mecánica para poder limpiar, poner a punto y responder ante cualquier contingencia que esté relacionada con la maquinaria presente en la fábrica. Al igual que, el conocimiento y capacidad de análisis para ser la persona que dé diagnóstico y una posible solución prematura ante cualquier avería o eventualidad.
Además, esta figura debe contar con capacidades y habilidades de organización. Lo que le permita planificar o reestructurar la producción ante averías e imprevistos. No existe, entonces, tecnología automatizada que pueda asumir estas funciones, pues son netamente competencias de un recurso humano de gran experiencia y trayectoria. Y es justamente, por este tipo de cosas que el puesto de maestro de almazara es tan solicitado y competitivo hoy en día.
Ser un maestro de la almazara es una labor que requiere de una dedicación extensiva y un trabajo arduo durante la campaña. Horarios exigentes y una elevada dosis de responsabilidad, siempre lo acompañan. Además, no es un trabajo temporal y necesita la continuidad todo el año.
Recuerda…
Es verdad que las nuevas tecnologías, actualmente, aportan mucho al proceso de elaboración de los aceites de oliva. No obstante, para hacer un buen uso de estas innovaciones no basta únicamente con apretar un botón. Siempre es necesario el talento humano.